Fuego en el vestuario y primeros síntomas de desilusión en los aficionados. Bianchi se ha encontrado con algo muy habitual en el Atlético, es decir, pasar del optimismo al catastrofismo en breves instantes. El Virrey dejó en el banquillo un preciado tesoro por el que hubieran matado entrenadores precedentes como Aragonés, Manzano o Ferrando. Petrov y Kezman o, lo que es lo mismo, 17 millones de euros se quedaron sentados de inicio en la segunda jornada.
El técnico argentino adoptó esta decisión porque estos internacionales venían de jugar con sus respectivas selecciones, lo mismo sucedía con Torres, Maxi o Perea y jugaron como titulares. El míster es partidario de las rotaciones, pero lo único que consiguió fue revolucionar a parte del vestuario. Mateja Kezman es el primero que no entiende esta decisión y mostró su enfado en el banquillo. La explicación oficial es que el serbio no jugó ante el Depor porque "había que prevenir una posible lesión a estas alturas de la temporada". A Kezman no le terminan de convencer estos argumentos y por su cabeza ha pasado que pudiera ser un castigo por llegar tarde a entrenar el jueves (posiblemente le salió la vena militar), tras la resaca de la celebración del empate cosechado por los serbios en el Calderón.
Nervios por el calendario.
Con este panorama, el Atlético recibe el domingo al Barça. En el vestuario hay más de uno que teme llegar a Anoeta en la cuarta jornada con tan sólo un punto. El comienzo liguero no ha sido el esperado y los jugadores han vuelto a la capital muy tocados anímicamente.
Petrov y Kezman hablan el mismo idioma en el terreno de juego y fuera de él (ambos hablan en serbio). Los dos futbolistas han hecho buenas migas. Kezman es un ganador nato y le sentó muy mal no jugar en la segunda parte, más que nada porque es un hombre gol y está en racha, con tantos a Lituania y España la semana previa. La plantilla está algo tocada porque nadie esperaba estar con un punto en la segunda jornada. Carlos Bianchi tiene toda la semana para corregir errores y averiguar por qué el equipo ofrece una cara muy distinta en las segundas partes (a modo doctor Jekyll y mister Hyde).
Sorpresa con el once inicial y los cambios de Bianchi
Toda la plantilla sabe que el técnico maneja infinitas variantes de juego, pero el once presentado en Riazor fue una sorpresa monumental. A estas alturas de temporada casi ningún entrenador reserva a sus principales estrellas, a no ser que disputen competiciones europeas. La segunda parte contra el Depor tuvo otro motivo de asombro: el cuatrivote final. Del doble pivote criticado a Manzano por dejar solo a Torres, al cuatrivote volviendo a dejar solo al Niño de Bianchi.
