En España hay muchos aficionados que siguen añorando a los Griffa, Rivilla, Ufarte, Aragonés, Adelardo, Calleja...

La década de los 60 fue uno de los mejores momentos de la historia del Atlético. Yo no he vuelto a ver cosa igual con Collar, Mendoza, Rivilla, Calleja... Vivimos una época gloriosa. No le teníamos temor a nada. El Atlético era ganador y se hacía respetar. Dentro del vestuario había una unión muy grande y éramos amigos.

En aquella época ustedes competían con el Real Madrid duramente...

Nosotros le pegamos duro al Real Madrid. Le ganamos dos finales de la extinguida Copa del Generalísimo en su estadio y ellos jugaban con Amancio, Del Sol, Di Stéfano, Puskas y Gento. Llegué con 23 años a España y me fui con 36, sigo considerando al Atlético como mi casa. Cuando vine a España con motivo del Centenario mucha gente me recordaba. Le aseguro que esa sensación es muy difícil de explicar con palabras.

Usted vivió unos tiempos en el fútbol muy distintos a los actuales...

Me acuerdo que, la época en que jugaba yo, el Atlético estaba construyendo el Manzanares. Los sueldos de la plantilla eran muy similares, nadie peleaba por ganar más dinero para que se pudiera construir el estadio sin apuros. Tanto los que jugaban como los que no, ganábamos más o menos igual.

¿Se sienten los colores en el siglo XXI?

Le voy a contar una anécdota. Cuando finalicé mi contrato con el Atlético, me llamó José Samitier, secretario técnico del Real Madrid por aquel entonces, para ofrecerme el contrato de mi vida. Yo le dije: "Don José le agradezco enormemente el interés mostrado, pero el que me trajo a España fue el Atlético. Yo no puedo tirar ladrillos contra mi propia casa, Me siento muy del Atlético. Lo siento". Rechacé ganar mucho dinero. Ésto es lo que intento inculcar a mis chicos, si no se tiene afecto al club, no se puede jugar con la máxima ilusión. Evidentemente se ha perdido mucho de esto en el fútbol profesional.

¿Qué es lo que le viene a la cabeza cuando le mencionan al Atlético?

Son muchos recuerdos y muchos años espléndidos. Me acuerdo de la casa de doña Sofi. Calleja, Álvaro, Irureta y yo vivíamos en esa pensión y doña Sofi nos trataba como una madre. Todo ha cambiado muchísimo. Mira, por ejemplo con nosotros entrenaba de vez en cuando su majestad el Rey Juan Carlos. Él era muy del Atlético y se pasaba a vernos. Se vestía de corto como uno más.

¿Sigue estando en contacto con sus ex compañeros o con alguien del club?

La última vez que los vi fue en el Centenario y hacía 30 años que no les veía. Llevo tres décadas trabajando con el fútbol juvenil y el Atlético nunca me llamó. No estoy molesto, pero me extraña que me llamen desde el Athletic o Las Palmas y en mi casa no quieran que les ayude.

¿Está molesto?

Nunca podría enfadarme con el club de mi vida. A pesar de la lejanía, llevo muy adentro el Atlético.

¿Le queda algo por aprender en este deporte?

Trabajé 23 años en Newell's con juveniles y llegué a Boca pensando que lo sabía todo. Me equivoqué. Luego trabajé para Boca 10 años. Ahí sí que pensé: "Ya lo sé todo". Hace dos años aterricé en México para trasladar mis conocimientos. Llevo dos años de continuo aprendizaje. Nadie está completamente formado.

Trabajó codo a codo con Bianchi en Boca, ¿qué opinión tiene del Virrey?

Carlos es un trabajador del fútbol. Un hombre que conoce este deporte a la máxima perfección. Bianchi es un buen tipo y una muy buena persona.

Carlos Bianchi está considerado como uno de los mejores técnicos del mundo. ¿Qué le puede aportar al Atlético?

Lo más llamativo de Bianchi es su gran poder conductivo. Tiene un fuerte temperamento y una gran capacidad de mando. Es un técnico muy simple porque no tiene cosas extrañas. Va directo al jugador.

Jugadores como Tévez, Coloccini, Battaglia, Cardoso o Gago son fruto del esfuerzo de Bianchi-Griffa...

Tengo un gran aprecio a Carlos. Viví momentos muy buenos con él. Es un técnico con el que se puede dialogar. Yo hablaba con él una vez a la semana cuando trabajábamos en Boca. Me preguntaba por los canteranos porque él siempre confió mucho en la gente joven.

El Atlético 2005-2006 tiene cuatro futbolistas argentinos. ¿Qué nos puede decir de ellos?

Al que mejor conozco es a Maxi. Le tuve desde chiquitito. Me llamó Luis Aragonés para preguntarme por él, cuando Luis entrenaba al Atlético. Luego también me llamó el Espanyol. Le tengo un gran cariño. Te puedo decir que estos chicos juegan muy bien y tienen una gran experiencia. Saben cuál es el compromiso de vestir una camiseta tan grande como la del Atlético.

Si usted dirigiera un club español, ¿qué tipo de futbolistas ficharía? ¿Una legión brasileña o argentina?

El futbolista argentino es el que mejor se acopla a cualquier parte del mundo y de fútbol. Si los jugadores brasileños fueran siempre aplicados, no les ganaría nadie. Dios ha dado a cada país unas cualidades. A los brasileños les ha dado la técnica, pero son un poco distraídos, pierden el férreo deseo de triunfo.

El Atlético tiene en su plantilla tres futbolistas internacionales con España. ¿Qué le falta al jugador español para alcanzar a los brasileños o argentinos?

El jugador español tiene un fuerte temperamento y un estilo futbolístico aceptable, tal vez le falte un poco de técnica. Pero eso se puede trabajar y desarrollar. El jugador español no está acostumbrado a hacer un esfuerzo extra, se acomodan desde muy jóvenes. También es cierto que no les ofrecen muchas oportunidades.

¿Sabe que Fernando Torres es el nuevo ídolo rojiblanco?

Sí. Le llaman el Niño ¿no? Le he visto varias veces, me parece muy bueno. Con mucha técnica y muy veloz. Algunos pueden estar en desacuerdo, pero creo que mal ojo no tengo que tener después de 30 años trabajando con los jóvenes (ríe). Yo he formado a grandes delanteros como Batistuta, que salió de Newell's, y te digo que es muy importante que el jugador se vea rodeado para su formación. Y sobre todo tener autocrítica, tan difícil como incómoda muchas veces.

El proyecto rojiblanco para este año apunta muy alto. ¿Volverá a ser grande el Atlético?

El Atlético de por sí es muy grande en Europa. Los hombres acompañamos en las etapas. Las formas han cambiado, pero no los objetivos. El Atlético con Bianchi volverá a ser ese equipo extremadamente ganador que fue.

¿Pudo ver el estreno liguero frente al Zaragoza?

Lo vi un ratito. Vi a Petrov, me parece que ese chico juega bien.

En la ribera del Manzanares ya le consideran un ídolo...

Ya te dije que no tenía mal ojo (ríe). El fútbol europeo no lo controlo como el argentino. En mi país es difícil que haya un futbolista que no conozca.

¿Qué planes de futuro tiene Jorge Griffa?

El próximo año abriré una academia de fútbol en Rosario de formación de jugadores y técnicos juveniles. ¿Sabes qué colores va a tener la academia? Rojo y blanco. Estos colores me llevan siguiendo toda la vida, desde que a los 14 años jugará en el equipo de mi pueblo con la elástica rojiblanca. Tengo un gran afecto por estos colores. Les deseo lo mejor.