Luis Aragonés puede sellar mañana en Santander ante Canadá el mejor registro de arranque de un seleccionador nacional español. El técnico recuerda en ocasiones que dentro de la irregularidad y del cierto desencanto que haya podido provocar España en algunos de sus partidos, se está asentando la base de un grupo compacto que pasará su prueba de fuego en el trascendental duelo del 7 de septiembre en el Vicente Calderón contra Serbia, y que poquito a poco se está llegando a eso sobre la realidad de que España aún no ha perdido un solo partido desde que él la cogió.

Luis lleva doce encuentros en el banquillo del equipo nacional y si España no pierde en el amistoso contra los canadienses habrá logrado la mejor racha de imbatibilidad de inicio. Para eso habrá que luchar también con el gafe del partido número trece que ya acabó con la marca del técnico de Cieza, José Antonio Camacho.

Luis Aragonés suele ejercer con bastante sinceridad, y a veces sin disimulo público, la autocrítica cuando la Selección no ha ofrecido el rendimiento o el nivel que él esperaba y hay ejemplos de ello. Así, del empate 'in extremis' de Valencia ante Bosnia le disgustó sobremanera, más que la alarmante falta de gol, el desorden táctico; en Serbia le pegó un par de gritos al chaval Sergio Ramos por haber elegido mal los tacos y resbalarse un par de veces con el riesgo consiguiente de un contraataque peligroso; en Santander contra Bélgica dejó caer que no se supo aprovechar por la banda izquierda de Reyes la superioridad numérica tras la expulsión de un rival; y, en general, suele sentenciar que el problema del gol nace a veces de que el equipo y hasta el entorno "quiere meter antes el segundo que el primero".

Compromiso.

Por contra, al Sabio le empieza a entusiasmar el fuerte grado de compromiso que detecta en un grupo que ha ido formando paso a paso, a veces con empates muy discretos por el nivel de los rivales, y que le está demostrando cada vez más una complicidad en el deseo de que España logre el billete para el Mundial.

La concentración que ve en los jugadores le hace ser optimista de cara al esfuerzo físico y mental que todos sus jugadores van a realizar en el decisivo choque del Calderón ante Serbia. De la importancia de este encuentro, casi a vida o muerte porque el triunfo daría el liderato y un empate o la derrota podría meternos en líos con una peligrosa repesca, nace su propósito de no arriesgar lo más mínimo con los hombres que considera claves para sacar adelante el encuentro y de ahí que ya llevase tiempo madurando en su cabeza un plan B con los teóricos suplentes para el amistoso de mañana en Santander contra Canadá.

En cualquier caso, un partido el de mañana en el que Luis podría batir el récord de imbatibilidad de un seleccionador al frente de España.

La maldición del partido número 13

La actual serie de imbatibilidad de España (12 partidos consecutivos sin conocer la derrota) es ya una de las cinco mejores en toda la historia de nuestra Selección. No caer mañana ante Canadá en el amistoso de Santander supondría superar el temido partido número 13, en el que se cortaron justamente otras dos de las cuatro rachas de esos cinco mejores registros. -Alexis M. Tamayo