Pino sentencia a Cúper y da un respiro a Caparrós

Primera | Mallorca 0 - Sevilla 1

Pino sentencia a Cúper y da un respiro a Caparrós

Pino sentencia a Cúper y da un respiro a Caparrós

p.s.m.

Un dudoso penalti bastó para que el Sevilla venciese

Sevilla y Mallorca evidenciaron sus carencias en el partido de ayer y ofrecieron un partido muy pobre en cuanto a fútbol. La diferencia es que los bermellones están inmersos de lleno en el abismo del descenso y los de Caparrós aspiran aún a meterse en puestos de UEFA gracias a la renta conseguida en la primera vuelta. Si el Sevilla ganó ayer no fue por su aportación ofensiva ni por su solidez atrás o en el centro del campo. Sencillamente, su rival ofrecía un fútbol de menor nivel incluso, porque ninguno de los dos parecía estar sobre el césped con una idea concreta, sino que se dedicaban una y otra vez a pulular por el campo en busca de la inspiración de cualquier jugador que nunca llegó. Quizás la mano de Cúper haya llegado tarde y este Mallorca moribundo ya no tenga solución, pero ayer contó con el imprevisto de la brutal agresión de Javi Navarro sobre Arango antes de que finalizara el primer tiempo. En apenas cinco minutos, el partido se decidió del lado sevillista. Primero, el central nervionense mandó al venezolano directo al hospital, con un traumatismo craneoencefálico y con fracturas en la cara de todo tipo. Podría decirse que la jugada fue fortuita y fruto de la casualidad, pero nada más lejos de la realidad. Javi Navarro no dudó en utilizar el codo para frenar en seco la internada de Arango. Todo se quedó en una tarjeta amarilla, la misma sanción que al delantero del Numancia por llevar ayer una pulsera contra el cáncer.

Volvió Baptista. Apenas un minuto más tarde del susto de Arango, Pino Zamorano pitaba un penalti dudoso cometido por Ramis sobre Julio Baptista. El brasileño se encargó de marcar y dejó el encuentro visto para sentencia. Además, la expulsión de De los Santos dejaba el camino despejado para Caparrós, que alguna vez pudo ver en peligro su puesto en el banquillo. La reacción del Mallorca fue tímida y demostró que tiene menos pegada todavía que el Sevilla, que tuvo el control del juego pese a no tener la urgencia del resultado. La conclusión para uno y otro parece clara. Los de Cúper están abocados sí o sí al descenso y los sevillistas rezando para que la Bestia recupere su olfato a falta de nueve jornadas para el final.