Teixeira se imaginó los dos penaltis del triunfo del Alba

Primera | Albacete 2 - Zaragoza 1

Teixeira se imaginó los dos penaltis del triunfo del Alba

Teixeira se imaginó los dos penaltis del triunfo del Alba

josema moreno

El árbitro además expulsó a dos jugadores del Zaragoza

Cada semana encontramos en la Liga a un nuevo árbitro con ganas de erigirse en el protagonista de un encuentro. El de este domingo de nuestro Señor se llama Teixeira Vitienes, que ayer se ganó el estupendo sobresueldo de cada domingo impartiendo la justicia con un criterio que llamó la atención. Le quitó al Zaragoza dos jugadores y cuatro penaltis, dos que negó y otros dos que le dio al Albacete. Destrozó un partido y la mitad del siguiente, el de los maños en Barcelona. Y luego se fue a su casa silbando, y la semana que viene pitará como lo hizo Losantos Omar. Al final, Milito, Savio y compañía no supieron si darle al árbitro la cartera o un tortazo. Lo segundo lo evitó Longhi, el asistente de Víctor.

El partido. La mano de Óscar en el primer penalti es dudosa y, si es mano, es involuntaria; y Francisco se dio frente a Luis un piscinazo de miedo, y Teixeira cayó en el engaño como un niño tonto. Pero algo debió notar, algo debía saber, algo en su interior le decía que había obrado mal, que alguna decisión no había sido correcta. Por eso, cuando tuvo que echar a Savio por una agresión le enseñó amarilla. La conciencia.

Hasta que el árbitro emplumó al Zaragoza, la cosa fue de ir a merendar torrijas a casa de los suegros. Ya lo avisamos. El Zaragoza se había puesto por delante con gol de Óscar en un córner de estrategia, y reunió varias ocasiones: tres disparos de Galletti y Savio que repelió Gaspercic y una mano clamorosa de Rubén en un salto. A Teixeira le dio la risa beoda y no chifló. El Albacete tuvo una que Luis rechazó a Montiel, y Pacheco anotó los penaltis. Momo y Francisco aportaron poco y su medio campo mejoró con Jaime en la segunda parte, a favor de corriente. La victoria no hace culpable al Albacete, pero el equipo de José González tiene tres puntos que no le pertenecen. El árbitro remontó el marcador y al final negó un plantillazo a Soriano en el área y otra mano de Buades, otro penalti. Y se fue tan contento a casa. Como si lo hubiera hecho bien.