El general volvió ayer a sacar el látigo para azotar a unos esclavos que cada día están más desmotivados y se muestran más insubordinados. La Ciudad Deportiva de Paterna se convirtió durante unas horas en el 'foro' romano. Y es que Ranieri ya no sabe cómo motivar a los suyos y decidió emplear un lenguaje soez para intentarlo de nuevo.
Mediado el entrenamiento matinal, se aproximó hasta la banda donde estaban todas las cámaras de televisión y con gestos visibles gritó: "Sólo sabemos jugar cuando nos llega la mierda al cuello". Y recreándose aún más en el sustantivo, añadió que a su plantilla le gusta "el sabor a mierda". Los jugadores no le hicieron demasiado caso y siguieron trabajando como si no hubiera pasado nada. Pero no fue la única perla del entrenamiento. El técnico italiano también se refirió a la pasividad que cree que tienen algunos futbolistas y, a voz en grito, indicó: "Jugando así, también me divierto yo". El romano no entiende por qué su plantilla sólo reacciona cuando el resultado ya es adverso, tal y como sucedió hace diez días ante el Villarreal y este pasado fin de semana ante el Athletic de Bilbao.
Estos métodos se hicieron famosos cuando el técnico italiano llegó al fútbol español en 1997 de la mano de los de Mestalla. En su etapa anterior utilizó esta misma fórmula para intentar hacer reaccionara los suyos. Ahora el objetivo es tratar de mantenerse en los puestos de Champions, ya que la pelea por la Liga parece totalmente perdida. Una táctica que ayer volvió a usar y que espera que dé sus frutos. La primera prueba será el sábado. Viajan hasta San Sebastián para enfrentarse a un equipo muy necesitado de puntos en un estadio donde Ranieri ya salvó su puesto de entrenador en la temporada 97-98. Un gol in extremis de Gaizka Mendieta le libró de lo que parecía una destitución más que cantada. Aquella primera etapa acabó con el título de la Copa del Rey en 1999.
Acostumbrados. No es la primera vez que en las últimas temporadas la actual plantilla recibe una reprimenda de forma pública. Sin ir más lejos, hace año y medio, Rafa Benítez utilizó en varias ocasiones los medios de comunicación para hacerle llegar a los jugadores distintos mensajes. "Nos quedan dos meses de aguantarnos; luego que cada uno haga lo que quiera", dijo justo antes de una eliminatoria de UEFA ante el Inter de Milán. Esa misma temporada, el técnico madrileño suspendió el último entrenamiento antes de iniciarse la Liga. Y es que da la sensación que este grupo de jugadores necesita más un vigilante que un entrenador.
Cañizares "No es una falta de respeto"
No considero las palabras de Ranieri una falta de respeto y creo que ningún compañero lo entiende así, es más, sirven para hacer latente una situación y abrir los ojos. En el fútbol, las cosas sobre el terreno de juego no se piden por favor. Está regido por códigos y leyes distintos a las de otras profesiones. Este tipo de comentarios forman parte de este mundo. Modos.- El entrenador nos muestra su descontento a diario en la forma en que trabajamos y jugamos. Todo el mundo señala al entrenador como máximo responsable de las desgracias. Da la impresión de que para la opinión pública el entrenador está presente en todos los males y es difícil nombrarle en el éxito. No es sencillo jugar siempre al cien por cien y pelear con los mejores equipos de España y Europa. Futuro.- Si la tendencia de resultados cambia, podemos pensar en algo más pero, después de los últimos marcadores, no puedo pensar en alcanzar a nadie cuando no ganamos partidos. Cuando piensas en títulos las decepciones son mayores".
El 75% de la hinchada le suspende
A Ranieri no paran de crecerle los enanos. Su trabajo parece sometido a un plebiscito continuo. Según una encuesta realizada por el portal de internet foroche.com, el 74 por ciento de los aficionados del Valencia suspende la labor realizada por el técnico italiano desde el inicio de la temporada. Ya en Mestalla, durante el trascurso de muchos partidos, el público ha criticado las decisiones del entrenador. Este pasado domingo se vieron pañuelos blancos cuando decidió dejar en el banquillo a Fabio Aurelio, tras concluir la primera parte, y dar entrada a Mista. A la pregunta de qué nota le otorgaría al trabajo de Ranieri, tan sólo un 26 por ciento lo aprueba, mientras que el "muy deficiente" es el voto más repetido entre todos los participantes, con un 38 por ciento. Son datos que muestran el malestar existente en la grada, que en muchos casos no entienden las decisiones que Ranieri adopta durante un partido y los continuos cambios de sistema y de jugadores.
