Julen Guerrero culminó la bilbainada del Athletic
Osasuna ganaba 0-3 en el 60'. Partidazo de raza y goles


Hay partidos que sólo se ganan marcando estilo. Como ayer hizo el Athletic, que fue el que ha sido durante más de cien años y logró remontar un 0-3 en media hora. Como otros partidos norteños, fue un choque de raza, con hermosos goles, con sacrificio y pureza. Épico y desde ayer mismo ya histórico.
Las alineaciones invitaban a adivinar que el partido se jugaría en las alturas porque estaban los dos delanteros más altos de la Liga: Llorente (1'93) y Morales (1'98). Los focos enfocaban a Llorente y San Mamés ardía por saber cuánto de futbolista hay dentro del chaval. Pero el primer futbolista en aparecer, porque lo es de verdad, fue Pablo García. Jugador de una zurda excepcional que marcó con la derecha un hermoso gol de chanfle (efecto), como lo llaman en Suramérica.
Desde ese minuto 15, Pablo García ya no dejó de crecer en todo el partido. Paró al Athletic en el centro haciendo uso del estigma uruguayo: al balón dividido se va a muerte, y devoró a Orbaiz y a Gurpegui por raza. Luego, fiel, repartió juego y golpes por igual.
Osasuna ganaba desde el colectivo, y esa coordinación fue la que le faltaba al Athletic, que ayer jugaba sin sus alas (Iraola y Del Horno), con un central (Murillo) de 2 y con un diestro (Javi González) de 3.
El Athletic parecía estar metido dentro de un cuadro de Picasso, ni se reconocía él ni entendía lo que pasaba a su alrededor. Estaba en San mamés y perdía 0-3. Tan fuerte sonaba el resultado que depertó al león. En un abrir y cerrar de ojos, Yeste torció el partido en un arranque de raza y marcó dos golazos: uno con la derecha y otr con la izquierda. Él no iba a ser menos que Pablo García, seguramente porque no lo es. En ese momento el Athletic tuvo un feliz encuentro consigo mismo y convirtió el fracaso en éxito. 4-3 de un plumazo. Tan emotivo, que el final lo firmó Julen Guerrero.
Saque de honor del Euskaltel
El Euskaltel, equipo ciclista formado en su mayoría por corredores vascos, saludó desde el centro del campo antes del partido. Fue un acto de reconocimiento al club ciclista por su incorporación a la UCI Pro-Tour. El ciclista Roberto Laiseka realizó el saque de honor.