El Obi-Wan Kenobi de la galaxia

El Obi-Wan Kenobi de la galaxia

Recuerdo el anuncio de su retirada de los banquillos en 2001. Para mí fue una conmoción. Lo dejaba el mejor entrenador de los ochenta, el italiano que cambió el paso del fútbol más comprometido del mundo con el resultado, antes que con el juego. Con nostalgia recuerdo que peleé en vano por dar la noticia en página entera. Ganar espacio en el diario AS, siempre tan exigente, es como avanzar metro a metro en un campo de fútbol embarrado. No lo conseguí. Además, Sacchi por entonces estaba ya en perfil bajo. Pero ahora, por supuesto, Sacchi vuelve a la primera plana por la transcendencia del golpe de mano de Florentino Pérez.

Sacchi ya está en la historia amable del fútbol con su Milán de los holandeses, un equipo en el que mezcló el achique de espacios ya visto en la Bélgica del 80 y el talento sin corsés de sus extranjeros al ataque. En esa historia que también figura la Hungría que derrotó a Inglaterra en el 53, el Madrid de las cinco Copas de Europa, el desencuentro Europa-Suramérica del 66, la Holanda que aceleró el juego en el 74... Y es que del Milán hizo un equipo ofensivo para pasmo generalizado en un país que seguía, y sigue, agarrado a la máxima de que el 0-0 es el resultado perfecto de un partido porque no han existido errores.

Ahora mismo, por cierto, tampoco le vendría mal al Madrid agarrarse al resultado, como en Santander. Esa tiene que ser la base de la resurrección. Puntuar y, poco a poco, con regularidad, ir mejorando el fútbol, actualmente en entredicho por el envejecimiento de la plantilla. Acabó 2004 como un año negro. Pero el blanco siempre vuelve. 2005 le espera. Y Sacchi, rodeado de galácticos, es, por su experiencia, el Obi-Wan Kenobi del invento. Que la fuerza le acompañe.