El 12 y el 19 de enero habrá unos octavos de Copa aptos para todos los públicos: sin morbo, sin cafeína y casi sin partidos a priori excitantes. El sorteo celebrado en Las Rozas esquivó un Real Madrid-Atlético, un Sevilla-Betis o cualquier otro duelo sonado entre primeras. Sólo habrá un encuentro con genuino aroma liguero, el Osasuna-Getafe, y los madrileños andan con un ojo en el descenso.

El Madrid no ha salido muy perjudicado, y eso que la bola del sorteo la sacó uno de la otra orilla, el gerente atlético, Clemente Villaverde. Será un partido, eso sí, con cierto tufillo de grandeza, aunque a orillas del Pisuerga renieguen de la lotería que les tocó. Avisa Butragueño de que el Valladolid "es un equipo casi de Primera". No debe estar, eso sí, demasiado mosqueado con el emparejamiento porque le devolvió el favor a Villaverde, y lo hizo con intereses. El Buitre sacó la bola del Atlético y junto a él, la del Lorca, ese equipo murciano de Segunda B que ya eliminó al Málaga en diecieisavos. Habrá taquilla para el Lorca y felicidad, salvo sorpresón, para Gil Marín y Ferrando.

Athletic y Betis se quedaron con otros dos Segunda B del torneo, Lanzarote y Mirandés respectivamente. Los bilbaínos deberán respetar el césped artificial de la Isla (no pondrán pegas, parece) y los verdiblancos, el frío del Ebro. Frío hará también en Soria, donde el Numancia recibirá al Elche. Será un enfrentamiento con seudoigualdad clasificatoria: los sorianos son últimos de Primera y los alicantinos, cuartos de Segunda. Un duelo que se presume equilibrado, tanto como el Gramenet-Lleida o el Recreativo-Sevilla, a los que la proximidad geográfica convierten casi en derbys: en ellos está la poca sal de un sosísimo sorteo de octavos.