Salivazo al cielo, te cae el gargajo

Yo digo | Joaquín Maroto

Salivazo al cielo, te cae el gargajo

Angulo empezó a jugar en Mareo, que es el West Point de las escuelas de fútbol. No es una escuela de macarras, sino de futbolistas. Allí no enseñan a escupir al rival. Eso se pega en los barrios marginales. Pero es que, incluso en la calle, lo primero que se aprende es que si escupes al cielo, el gargajo te cae en la cara. Así, a bote pronto, se me vienen a la cabeza algunos que, como Angulo, escupieron a su propia cara aunque pusieran la saliva en la de otros: Totti, Chilavert, Asprilla, Frei, Rijkaard, Juanito y hasta Maradona, este último a su hijo Diego jr. cuando se le acercó en un campo de golf en busca de un gesto de cariño. Maradona, con los años, terminó disparando contra la gente con una escopeta de perdigones...

Ese acto vil de escupir a un rival le va a costar, mínimo, entre cuatro y seis partidos de sanción. Y habrá que sumar al castigo los que el comité de la UEFA entienda que merece por la coz previa que propinó a Valdez.Y me parecen pocos. Porque el salivazo excede el animus retorquendi, que es responder a un insulto con una ofensa. Ya le pasó a Totti por su escupitajo a Poulsen, y eso que al italiano le defendió la abogada Giulia Boujorno, letrada especialista en casos difíciles hasta el punto de ocuparse de la defensa de Giulio Andreotti en el jucio en el que se le acusó, y absolvió, de tener relaciones con la Mafia.