Valdez fulmina el sueño

Liga de Campeones | Valencia 0 - Werder Bremen 2

Valdez fulmina el sueño

Valdez fulmina el sueño

juan navarro

El Valencia no fue superior en ningún momento

Se acabó el sueño. Finito. El Valencia tendrá que jugar la UEFA después de ser incapaz de hacerle un gol al Werder Bremen. La noche estaba ambientada para la épica, pero los valencianistas no demostraron en ningún momento el oficio suficiente para ganar el partido por 1-0 o por más de dos tantos de diferencia. Nelson Haedo Valdez dinamitó el partido. Con 21 añitos recién cumplidos se convirtió en el héroe del encuentro. Entró en el minuto 81 del partido y dos minutos más tarde ya había sentenciado la eliminatoria con un tanto de muy bella factura en su definición. Quedaban siete minutos y el choque ya se había muerto, pero por si acaso el ariete paraguayo anotaba otro gol. Lo que vino después fue totalmente innecesario y está muy lejos de ser llamado fútbol. Un dura entrada de Angulo a Valdez encendió la mecha de los acontecimientos. A partir de ahí llegó la tangana, los insultos y los manotazos. Algo injustificable.

En lo deportivo, Schaaf planteó mucho mejor el partido que Claudio Ranieri. Fue valiente y en ningún momento renunció al ataque. No se metió en la cueva y apostó por el fútbol práctico. Los valencianistas tuvieron muy buena primera media hora, pero poco más. El empuje y la ganas hacían presagiar lo mejor. No obstante, a los treinta minutos se acabó la gasolina. Los de Bremen ya habían conseguido su objetivo. Aguantar las embestidas iniciales.

Micoud, cerebro del Werder, se quedó en un mano a mano con Cañizares que el de Puertollano desvió como pudo. Este aviso metió el miedo en el cuerpo a los blanquinegros. Más que miedo era pánico. Si encajaban un gol todo se podía ir al traste. Jensen tuvo en sus botas otra clara ocasión demarcar. Los alemanes, muy disciplinados asediaban la portería valencianista. Ranieri pidió juntar las líneas y el Valencia, menos ofensivo, aplacó el hambre germana.

Carrusel de cambios. Llegó el descanso y de poco sirvió lo que dijo el entrenador valencianista. O sus jugadores no le hacen caso o no se explicó bien. Todo seguía igual. El Werder seguía generando peligro y el Valencia era incapaz de marcar. Las cosas no acaban de salir y había que empezar a tomar más riesgos. Era la hora de ir a por el todo o la nada. El técnico movió de manera radical el banquillo. Fuera Aimar, Mista y Xisco. Era la hora de la dupla italiana y de Vicente Rodríguez. El ex juventino daba un aviso nada más salir. Volea y balón al larguero. Primer y último aviso. Schaaf, desde el banquillo, no se inmutaba demasiado. Su arma se llamaba Valdez. Los blanquinegros apretaban pero les faltaba definir. Una cosa es llegar y otra crear peligro. Eso es lo que hizo el Valencia durante todo el partido.

Aimar se enfadó por el cambio

Pablo Aimar se fue visiblemente enfadado cuando en el minuto sesenta del encuentro Claudio Ranieri decidió quitarlo del terreno de juego para que entrara Corradi.