Hoy se cumplen nueve años de su debut con el Madrid. Se dice pronto...

¡Sí! Estoy muy feliz. Nunca pensé que iba a estar tanto tiempo en el Madrid. ¡Es que es toda mi carrera deportiva...! Es un orgullo poder decir que llevo ya nueve años en el primer equipo.

¿En qué ha madurado más?

En todo, tanto en el campo como en mi vida personal. Eso influye en el fútbol y en la forma de hacer las cosas. A todos nos pasa. Por ejemplo, yo he crecido sabiendo adaptarme a varias posiciones para poder seguir muchos años aquí.

Lo ha ganado todo menos la Copa.

Sí, y reconozco que me duele mucho, porque he conseguido llegar a dos finales y las dos las hemos perdido. Tengo ese gusanillo y espero que este año lleguemos a la final pero la ganemos.

¿Cómo recuerda aquel 2 de noviembre, en el Bernabéu?

Con muchos nervios y mucha excitación porque se iba a cumplir mi sueño de debutar con el primer equipo. Sobre todo, ilusión. La verdad es que la confianza que me dio Jorge Valdano para poder jugar tengo que agradecérsela mucho.

Valdano le dio la alternativa. Después ha tenido muchos entrenadores. Desde Capello, con el que tuvo sus broncas, hasta García Remón. En medio, Heynckes, Toshack, Del Bosque, Camacho... ¿Alguno le marcó especialmente?

No... Yo creo que de todos, en cierto modo, me quedo con algo. Con todos ellos he pasado momentos muy buenos y con la mayoría he aprendido mucho. Por ejemplo, Valdano me hizo saber lo que era el fútbol y lo que significaba dedicarte a esta profesión durante mucho tiempo. Y uno de los más especiales fue Vicente.

¿Por qué?

Con Del Bosque pasé una de las mejores etapas de mi vida. Había mucha conexión entre nosotros. Me conocía desde hacía años. De Vicente aprendí mucho. Sobre todo a tener humildad y a creer en el trabajo, algo fundamental en el fútbol.

Del Bosque fue el primero que le ubicó en el mediocentro.

Sí, es cierto. ¡Hace mucho de eso ya!

Después ha pasado por casi todos los puestos: delantero, mediapunta, de nuevo en el centro del campo... ¿Ha sido eso lo peor de estos nueve años?

No, para nada. Incluso creo que eso es lo mejor que me ha podido pasar. Según pasan los partidos y coges confianza de tu entrenador y tus compañeros te vas sintiendo más cómodo. Quizá si no me hubiera adaptado a jugar en tantas posiciones distintas lo hubiera tenido mucho más difícil para continuar en el Madrid.

Y cada año ha llegado un galáctico nuevo que le tapaba el sitio. Sobre todo con Beckham, usted se planteó irse.

Sí. En su momento puede que no me sentara demasiado bien. Pero no por él, sino porque se me cerraba otra puerta. Pero bueno, después decidí renovar y sé que es lo mejor que pude hacer. Siempre he pasado etapas en las que me parecía imposible jugar y acabé jugando.

Ahora juega más atrasado, por delante de los centrales, como Redondo. ¿Cómo se encuentra en ese puesto?

Muy bien. Sé que jugar en esta posición tiene muchos riesgos. Ahí a un jugador se le nota demasiado si está bien o mal tanto a nivel defensivo como ofensivo. Pero no me asusta. Estoy cómodo y tengo mucha confianza.

Redondo dice que Guti reúne todas las condiciones necesarias para ocupar esa posición. ¿Usted se fija en él?

¡Es un orgullo que Redondo diga eso de mí! Él ha sido uno de los mejores mediocentros del mundo, no hay dudas. Coincidimos en el Madrid, pasamos momentos muy buenos y aprendí mucho de él. Ahora le deseo lo mejor del mundo.

¿Guti cree que ha mejorado mucho en el aspecto defensivo?

Supongo que sí. Tampoco sé si es exactamente mejorar. Pero es cierto que ahora estoy en una posición en la que robo muchos balones. Antes no me pasaba.

¿Cómo trabaja ese aspecto?

Con el día a día. La posición te lo exige. Lo que está claro es que estoy poniendo todas mis ganas y toda mi voluntad... (Se ríe) Si quieres jugar, tienes que adaptarte a todo... y yo quiero jugar.

¿Le gusta que se le compare con Redondo o con Makelele?

No, no me gusta. Yo siempre he tenido mi propia personalidad, tanto jugando como en todo lo demás. Pero al final uno no puede hacer nada, esas comparaciones siempre se producirán.

¿Qué le pasa a Beckham?

El único problema que está teniendo David es la poca tranquilidad que tiene el equipo para afrontar los partidos. Acaba de salir de una lesión y eso cuesta. Pero cuando las cosas no van como nos gustaría, se crea incertidumbre con todo.

¿Le ve mejor en la derecha o le echa en falta en el mediocentro?

Él está capacitado para jugar en cualquiera de las dos posiciones. Ya demostró el año pasado que es capaz de actuar en el centro, en la derecha o donde le pongan. Y este año también lo hará.

¿Es tan superior el Barcelona al Madrid como se vio en el Camp Nou?

No. No es tan superior. Ese día sí lo fue, porque nosotros no funcionamos. Tuvimos fallos que condicionaron el partido. Creo que la diferencia entre ellos y el resto, aparte de jugar bien, es que están teniendo suerte. Cuando juegas bien, esa suerte es decisiva. Al final de la temporada se verá quién es superior.

Vamos, que el Real Madrid tiene mucho que decir este año.

Por supuesto. Tenemos mucho que decir en todas las competiciones y podemos ganar todos los títulos. Lucharemos hasta el final por conseguirlos.

¿Le molesta que se haya hablado de un cambio de ciclo?

Me molesta porque no es la realidad. El equipo tiene ganas y está muy fuerte para ganarlo todo. Aún queda ciclo para muchos años. Lo que hace que las cosas cambien son los resultados. Si empezamos a ganar se olvidará todo.

¿En qué ha cambiado el equipo con García Remón? ¿Se nota su mano?

El equipo está más tranquilo desde que ha llegado. Hemos recuperado la tranquilidad que nos faltaba. Estamos más confiados en lo que podemos hacer y más seguros de dónde podemos llegar. Eso hace que tengamos mejores resultados.

Él se arriesgó y apostó por un once con todos los Balones de Oro...

Este equipo es una pasada. Además, es un orgullo poder jugar con ellos. He tenido la suerte de estar con muchos a la vez. Se decía que el equipo podía resentirse en defensa, pero no estoy de acuerdo. Yo estoy contento. Como suele decirse, me lo llevaré a la tumba.

El último es Owen. ¿Cómo le ve?

Muy integrado. Lo suyo tiene mucho mérito. Con los pocos minutos que tiene está marcando goles decisivos.

El miércoles se la juegan en Roma.

Sí, nos la jugamos. Es cierto.

A usted se le da bien: dos partidos y tres goles en el Olímpico.

Sí. Pero más que a mí, lo que espero es que nos salga bien a todos. Es el partido más importante que voy a jugar en Roma, porque los otros eran de clasificación. Y aquí nos jugamos el pase a octavos. Lo daremos todo, eso seguro.