Fernando Redondo no volverá a vestirse de corto. A pesar de las muchas ofertas que ha recibido, el ex jugador del Real Madrid y del Milán ha decidido emprender en su vida una nueva etapa. En Madrid, ciudad que considera su casa. Pero en el futuro seguirá, de una u otra forma, ligado al fútbol. Redondo estuvo ayer en la Redacción de AS y aprovechó para dar las gracias desde estas páginas a la afición madridista por el trato que le ha dispensado durante todos estos años: "Me siento profundamente madridista. Mi compromiso con este club ha ido mucho más allá de lo que era mi función dentro del campo y la gente me lo ha reconocido. Eso te marca para siempre".
Redondo recibió el pasado mes de enero una propuesta de renovación por parte del Milán, pero entendió que había llegado el momento de retirarse: "No tenía continuidad y por eso no me sentía bien. Los años no pasan en balde y, por otro lado, estaba mi familia. Mi segunda hija iba a comenzar en la escuela y quería que su primer curso lo hiciera en Madrid. Recibí ofertas de España, de Inglaterra y hasta de Qatar, pero me parecía injusto volver a movilizar a la familia".
Ni siquiera una quimérica oferta del Real Madrid, para ocupar esa controvertida posición de medio centro, le haría reconsiderar su decisión: "No la aceptaría, porque no le podría dar al equipo lo mejor de mí". No obstante, reconoce que le habría encantado jugar al lado de los galácticos: "Habría disfrutado al lado de Figo, Raúl, Zidane y Ronaldo. Habría sido algo fantástico saltar al Bernabéu rodeado de toda esa gente".
Pese a la marcha titubeante del Real Madrid, está convencido de que la situación cambiará: "Soy optimista; seguro que ganará algún título. Es cierto que le falta un poco de equilibrio, pero Guti puede cumplir perfectamente la función de mediocentro. Le llevará algún tiempo hacerse a la posición, pero lo hará bien porque tiene calidad, sabe manejar los tiempos y posee visión del juego. Pirlo logró adaptarse en el Milán y Guti lo logrará también en el Real Madrid. El problema es que, al atacar tanto, el equipo sufre cuando ha de defender. Pero los jugadores son conscientes de ello y se están esforzando para cubrir esas lagunas. Con este proyecto de grandes estrellas, con el que estoy muy de acuerdo, el Real Madrid va a tener que luchar mucho. Pero saldrá adelante, porque es un equipo mágico, ganador, que en los momentos más difíciles siempre ofrece algo extra".
Redondo sabe que en el fútbol de ahora escasean los jugadores de su corte: "El mediocentro ha dejado de ser referencia, porque se ha optado por el doble pivote. Se defiende más, pero se ha perdido en la distribución del juego. Es cierto que ya no se llevan jugadores de mi estilo, pero todavía quedan algunos. A mí el que más me gusta es el barcelonista Xavi. Está ocupando otra posición, pero conserva el manejo del balón, la visión y el criterio".
"El fútbol es mi gran pasión", dice Redondo, que sigue de cerca la marcha de su Real Madrid y de su Milán, aunque todavía no ha presenciado un partido en el Bernabéu: "Desde que me fui, solamente he estado una vez en el estadio, cuando jugó el Milán en la Champions. Fue raro volver en esas circunstancias, pero también muy emotivo, porque esperaba un buen recibimiento, pero nada parecido al cariño que me demostró la afición en ese momento. Ése fue mi partido de homenaje".
Contacto.
Mantiene la relación con algunos de los actuales componentes de la plantilla blanca, sobre todo, con Raúl: "Estuve con él con motivo de sus quinientos partidos y coincidí con Florentino Pérez, al que saludé. Hace un par de días, me telefoneó Emilio Butragueño para agradecerme las temporadas que pasé en el Real Madrid y para decirme que las puertas del club estaban siempre abiertas para mí. Fue un bonito detalle. Tal vez vuelva pronto, porque me hace ilusión la idea de entrenarme con el equipo de veteranos y, tal vez, de disputar junto a ellos algún partido".
No tiene claro cuál va a ser su futuro: "Me voy a tomar este año para aclarme. No sé si seré entrenador, pero sí que voy a hacer el curso para obtener el título. Si no es como entrenador, será como periodista, pero seguiré unido al fútbol, porque quiero transmitir todo lo que he podido cosechar en mi trayectoria profesional. No obstante, no me veo metido en un despacho; no creo que sirva para director deportivo o para secretario técnico".
Redondo no alberga la más mínima duda sobre Samuel: "Ha tenido lesiones y eso le ha impedido adaptarse. Además, el fútbol español es muy distinto al italiano; el de aquí es más elaborado. Él, por otro lado, en el Roma jugaba de libre, con dos centrales por delante. Aquí está más desprotegido. Los comienzos no son fáciles. Los míos fueron también difíciles. Recuerdo un partido con el Oviedo. Hierro me dio el balón en el centro, lo perdí y el Oviedo marcó gol. A partir de este momento, un sector se dedicó a pitarme cada vez que tocaba la pelota. Nos ha pasado a todos".
Habla con verdadero afecto de Fabio Capello: "Para mí fue un reto, porque al principio me dijo que no le convencía. Pero luego se fue al Milán y me quiso llevar". Y también, de Jorge Valdano, Jupp Heynckes y, sobre todo, Vicente Del Bosque: "Con Vicente disfruté muchísimo porque me dio total libertad. Fueron dos años increíbles. Me sorprendió su marcha del Real Madrid, pues para mí era la persona idónea para dirigir al equipo. Su psicología le hizo manejar perfectamente un vestuario tan complicado como éste. Llegó en un momento complicado y ganamos la Octava".
