¿Qué recuerdos tiene de su gran exhibición en aquel primer Torneo Alevín de Brunete?

Recuerdo que yo tenía por aquel entonces 12 años. El torneo, que fue el primero de todos en disputarse, no fue como los de ahora, de clubes profesionales, sino por selecciones autonómicas y logramos vencer. Además, yo fui nombrado mejor jugador.

¿Y después, que pasó con Rabadán?

Pues a los 16 años tuve que dejar el Madrid porque ya no contaban conmigo. Mi destino fue el Zaragoza. Allí jugué un tiempo hasta que recalé en el Moscardó, en el Sanse de 2ªB y luego en el Rayo Vallecano. En Vallecas llegué a hacer la pretemporada con el primer equipo.

¿Fue cuando más cerca vio su sueño de debutar en Primera?

Sin duda. Fue cuando se marchó Goikoetxea y vino Gregorio Manzano, el cual me dio la oportunidad de hacer la pretemporada con el primer equipo. Me dijo que contaba conmigo para el equipo de Primera, pero poco después me bajaron al filial, y cuando él se fue y vino Fernando Vázquez no me renovaron. Decía que prefería en su plantilla a alguien más experimentado.

Usted era, además de un gran futbolista, un jugador muy pequeño. Tanto, que llamaba la atención.

Sí, era bajito. El Madrid incluso me llevaba a un endocrino para que creciera a base de dietas y métodos naturales. Es curioso, en aquella época coincidía en la consulta con Raúl, que en ese tiempo debutaba en Primera División.

¿Por qué el Madrid no confió en usted?

No tuvieron paciencia. Es muy difícil llegar a la élite. No sólo en el Madrid, en todos los sitios. Necesitas un padrino que te dé el empujón final. En mi caso fue Manzano, pero cuando se fue al Mallorca perdí la oportunidad.

Curiosamente, Xavi jugó el mismo Torneo de Brunete, donde no tuvo tanto protagonismo, y mire.

Pues sí, el era el capitán de la selección catalana. Este es un ejemplo más de que la cantera del Barcelona está más controlada que la del Madrid. En La Masía te forman más como futbolista, te curten más, mientras que en el Madrid te dejan demasiado a tu aire. Yo pienso que de haberme ido al Barça, que tuve varias oportunidades, igual hubiera llegado a Primera. No hay más que ver donde están los Santos, Palencia o Rabadán y, por otro lado, los Iniesta, Xavi o compañía.

Y ahora, en el Rayo Majadahonda en Tercera. ¿Es muy duro el fútbol modesto?

Es una categoría de mucha lucha y con campos muy pequeños. Nosotros, por ejemplo, empezamos muy bien pero nos hemos desinflado un poco. Nos falta un poco de experiencia.