Madrid-Bayer: primera final de la temporada

Liga de Campeones | Real Madrid-Bayer Leverkusen

Madrid-Bayer: primera final de la temporada

Madrid-Bayer: primera final de la temporada

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Una victoria vale la clasificación para los octavos de final

Es un equipo extraño el Bayer Leverkusen. No parece completamente alemán, tal vez porque no se asocia con los ogros históricos, Bayern, Hamburgo, Kaiserslautern, diferentes nombres para el mismo gigante rubio que nos esperaba en el segundo palo. Ni siquiera la goleada al Madrid en septiembre le ha servido al Bayer para entrar en esa tenebrosa mitología. Aquel partido no era definitivo y por eso todavía prevalece en el subconsciente esa fama de sparring disciplinado que se ganó el Leverkusen en la final de Glasgow y, años antes, en los cuartos de final que condujeron a la séptima Copa de Europa. De ahí la traidora confianza.

Y de ahí que cueste fijar el partido. Además han ocurrido tantas cosas en las últimas horas (y las hemos visto tantas veces repetidas por televisión) que tenemos más la sensación de que asistiremos a una venganza que a una eliminatoria, que lo es. Y no una venganza contra el Bayer, sino contra los que dudan (o dudamos), una especie de "me lo merezco" colectivo, aquella emotiva reivindicación que acuñó Míchel tras meterle tres goles a un señor coreano.

Y esa invisibilidad con la que se presenta el Bayer, ese papel que le otorgamos de paganini, amenaza con distraer al Madrid del verdadero objetivo: la clasificación. No olvidemos que estos alemanes (aunque light) bailaron a los madridistas en la ida.

El Madrid recupera a Helguera, y se preguntará Pavón por qué le quitan a él si fue el mejor en el Camp Nou. No hay respuesta; mejor dicho, no hay sitio. Se especula con que García Remón podría apostar por Owen de inicio (en lugar de Beckham), pero es más un deseo que una realidad. Para explicarlo valdría la respuesta que no dimos líneas más arriba.

El Bayer saldrá en la delantera con Berbatov (exquisito) y Voronin (ucranio). Tras ellos un polaco impronunciable que si le diera una patada a una bombona de butano llegaría de una portería a otra. Así es su zurda. Cuentan que el mejor en el entrenamiento de ayer fue Augenthaler, el entrenador. No es rubio, pero era de esos tipos que nos esperaban en el segundo palo.