El millonario norteamericano Malcolm Glazer no ha dicho todavía esta boca es mía. Su fortuna está valorada en 945 millones de euros, cantidad suficiente para obtener el control del Manchester United, aunque para ello debería vender el Tampa Bay Buccaneers, el club de la NFL que adquirió hace diez años. Así que lo más seguro es que tenga que pedir dinero prestado. Para descubrir quién es Glazer, de 75 años, no hay que preguntarse qué es lo que quiere, sino lo que no quiere. Con una fortuna entre las 230 más ricas de los Estados Unidos, intentó adquirir un equipo de béisbol, pero al fracasar dirigió su interés al otro lado del Atlántico. Por el camino ha hecho dinero, enemigos y, desde que convirtió a los Bucs del peor a campeón de la Super Bowl, un montón de amigos, pese al secretismo de su vida privada.

Glazer ha creado su fortuna a partir de vender casi de todo. Nacido en Rochester (Nueva York), con 15 años se hizo dueño de la empresa de piezas de repuesto de relojes de su padre al morir éste. Desde entonces ha vendido roulottes, empresas que estabilizaba como Harley-Davidson, aceite de pescado... Glazer suele sacar dinero de sus inversiones. Lo que le espera al Manchester United es otra cosa.