Hecatombe del Milán y acelerón de la Juventus

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Hecatombe del Milán y acelerón de la Juventus

Hecatombe del Milán y acelerón de la Juventus

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El Messina batió al campeón en San Siro por 1-2

Era ésta una Serie A engordada, ampliada artificialmente a 20 equipos y que, según los agoreros, ofrecería muchos partidos de relleno. El presagio puede hacerse realidad, queda trecho por delante, pero las tres jornadas disputadas nos han ofrecido espectáculo como hacía tiempo no deparaba el Calcio. Ayer, el Messina acaparó los titulares al tumbar al vigente campeón, el Milán, en el Giuseppe Meazza (1-2).

Los de Bortolo Mutti confirmaron lo apuntado la pasada jornada, cuando batieron por 4-3 al Roma. Los goles de Giampà y Zampagna sonrojaron a Ancelotti, que echó mano de su arsenal, metiendo a Rui Costa, Serginho y Tomasson (a éste por Inzaghi, que ayer volvía tras su lesión). Pero el 4-4-2 de Mutti se le atragantó al Milán, otro grande de Europa que no arrancó bien. Su inicio contrasta con el de la Juventus, a la que otro discutido penalti (por falta de Falcone a Emerson) le abrió el triunfo ante el Sampdoria (0-3).

Portillo, 8 minutos.

En el Olímpico, el Roma volvió a pinchar, empatando a dos con el Lecce. Mancini rescató a Völler con su gol (72) y Totti rozó el esperpento al lanzar un penalti a lo Panenka en el que el balón llegó suavemente a las manos del meta rival, Sicignano. Y en Palermo, Portillo apenas disfrutó de 8 minutos para demostrar su olfato de gol. Mondonico volvió a dejar al madridista en el banco y la Fiore cae en zona gris y asiste con envidia a la revolución de los modestos. Junto a la Juve, la zona europea la ocupan Lazio, Messina, Cagliari, Udinese y Lecce. Suena bien. El Messina, como en la película de Vittorio de Sica, vivió ayer su Milagro en Milán. Que no sea el último.

Escolta policial para Frisk

Anders Frisk vive recluido en su casa de Gotemburgo, negándose a hablar con la Prensa italiana. Dos coches de Policía hacen guardia frente al domicilio del árbitro sueco, que deberá estar dos semanas de baja por la brecha sufrida al ser alcanzado por un objeto lanzado desde la grada del Olímpico de Roma, lo que le valió al club giallorossa el cierre del estadio por dos partidos.