Cinco años desde que debutó. Echa la vista atrás y ¿qué ve?

Que soy más viejo, que he vivido muchas cosas, que tengo muchas experiencias que contar a mis nietos. Es una fecha que tengo en la cabeza. Me parece mentira los años que llevo ya en Primera División. ¡Qué rápido pasa el tiempo! Pero yo me veo igual de joven que cuando tenía 18 años.

¿Cuál ha sido su momento más especial?

El del debut porque para que algo se acabe tiene que haber un principio y eso sucedió en San Mamés. Ha sido uno de los momentos más felices de mi vida porque era lo que llevaba mucho tiempo esperando. El fútbol siempre me tenía de un lado para otro, con mi padre, jugando en todo tipo de campos y ese 12 de septiembre ví cómo llegaba mi momento.

Alguna zancadilla sí le han puesto en este tiempo...

No, no hay que pensar mal. Han pasado cosas que no he podido entender, pero hay que respetarlas. Esos momentos me han servido para estar más a lo mío y pensar que mi trabajo es que no entre la pelotita. Cuando todo va bien eres el más guapo, el más alto, el mejor. Pero cuando van mal, te das cuenta de que todo no es de color de rosa. Pero siempre con cabeza erguida.

¿Qué no repetiría?

Todo lo repetiría. Hago lo que me gusta. He podido cumplir un sueño que no todos alcanzan.

Está bien eso de cumplir el sueño, pero no sólo es eso...

Evidentemente, si no valiera para eso no estaría al nivel que estoy. Mi vida está marcada por mi participación en el Mundial de Corea-Japón. Llevaba dos meses sin jugar, apostaron por mí y me salieron las cosas bien.

¿Pero no cree que ese punto de inflexión fue en Glasgow?

No, para nada. Esa noche fue suerte, estar allí y que se lesionara un compañero. En el Mundial tuve que coger el ritmo en dos semanas y media para estar a la altura. Podía haberlo hecho mejor, pero salí muy contento.

De los entrenadores que ha tenido, ¿qué ha aprendido y de quién?

De todos he aprendido algo, sería injusto centrarme en uno. Pero aún tengo que dar muchos pasos. Tienes que ser como una esponja y coger todo lo que te dicen o te aconsejan.

El Madrid le ofrecerá renovar hasta el 2010, ¿quiere?

No me he planteado la renovación, pero cuando me preguntan por ello, claro que quiero seguir de blanco. Si un jefe está a gusto con un trabajador lo más lógico es que le diga que quiere que se quede. Si no está a gusto pues le dirá que no se queda. Eso le pasa a todo el mundo. Ya hablarán conmigo, digo yo...

Pero también depende de usted y su primera opción es el Madrid, ¿me equivoco?

No se equivoca. Me planteo jugar, divertirme y ya pasará lo que tenga que pasar. Quiero estar un poco tranquilo, queda tanto...

¿Qué ha cambiado el Madrid con Camacho?

Es muy exigente, pero eso es bueno. Hay otra manera de juego, otro estilo. Ya sabemos qué tiene que hacer el equipo. Pero lo que nos vino bien es que se acabara la Liga de la temporada pasada y ahora tenemos otra mentalidad. Es que ¡vaya desastre!

Y este año, ¿cómo lo ve?

Muy bien. Pero esto es como todo. Ahora no nos han marcado goles, hemos mejorado por arriba, entonces dicen que defendemos bien. En cuanto nos marquen dos goles recordarán nuestros problemas. Pero veo el año bien, de verdad...

Dudaban de su titularidad y ya lo es en el Madrid y en la Selección.

Las palabras se las lleva el viento, aquí lo mejor son los hechos. Y los hechos son el entrenamiento diario. No vale la pena hablar, es jugar bien y eso te da la titularidad. A mí nadie me tiene que decir si lo he hecho mal, yo lo sé. Nadie me lo tiene que recordar porque ante todo no soy idiota, ni me engaño. Soy el primero que me doy cuenta de si he cometido una cagada.

Hasta ha sido ya capitán de la Selección, ¿se ve en el papel?

Es bonito porque es una manera de ver que, con el tiempo, tienes tu peso. Pero es algo secundario, lo mío es jugar bien. Pero le digo que si no vales no te llevan, está más claro que el agua. Si llevo cuatro años seguidos en la Selección no es por casualidad, será porque mi trabajo me ha llevado allí.

Le noto reivindicativo.

Que yo sepa, a mí nunca me han regalado nada. Insisto, estoy en un equipo que si no vales, te vas. Así de claro.

Hablemos de Buffon. Era su ídolo, ahora no está en su mejor momento e incluso hablaron de él como su sustituto...

Buffon sigue siendo igual de bueno. Para mí, enfrentarme a porteros como Kahn era la leche. Ahora me veo ahí, tengo un nombre, me han elegido en el equipo de la UEFA. Y todo en cinco años.

Después de un año en blanco, ¿qué titulo le haría ilusión?

La Copa del Rey.

¿Lo dice en serio?

Por supuesto, no la he ganado y para mí es malo para la entidad y para la propia competición que el Real Madrid no la consiga en los últimos años.

Pero eso es tirar por lo bajo.

No, no. Perder una final es muy duro. La cara de tonto que se te queda es tremendamente grande y ya he perdido dos.

Y empieza la Champions, ¿es la más competitiva?

Si nos guiamos por los nombres de los equipos claro que sí, es la más dura. Pero lo importante es el juego porque no valen los nombres. Sólo tiene que fijarse en los últimos dos finalistas.