Tras presentar su autobiografía en un céntrico hotel de Madrid, Michael Owen se encerró a hablar con una selección de periodistas a los que casi les debía una explicación. Lo suyo con el Madrid se hizo tan rápidamente que no ha tenido tiempo de despedirse: Nunca planeé nada, estaba preparado para pasar otra temporada en el Liverpool. De repente se presentó la posibilidad de fichar por el Madrid. Supe que esta oportunidad no llegaría otra vez. No quería marcharme sin que el Liverpool no ganara nada. Hubiera tirado 13 años a la basura si el Liverpool no hubiera sacado provecho. De todas formas, no he venido aquí a perder cuatro años de mi vida y a sentarme en el banquillo. Necesitaba jugar en el mejor equipo del mundo.

Tengo 24 años y quiero alcanzar mi cima como futbolista aquí. No seré feliz hasta que tenga éxito en el Madrid y juegue realmente bien. Cuando me retire quiero decirle a la gente que jugué en el Madrid, el mejor club del mundo. Desde que tenía diez años quería ser el mejor futbolista. Aún hay mucha gente por delante de mí, pero si quieres llegar ahí hay que salir del conformismo. Por eso fiché por el Madrid. Es sólo por pura ambición, prosiguió Michael.

El primer día en la Ciudad deportiva le recordó las sensaciones de cuando cambiaba de colegio de niño: No tenían mi nombre en la taquilla, estaba todavía el de Javier Portillo. Miré al otro lado y estaban Ronaldo, Raúl y Figo, afirma. Me puse muy nervioso el viernes entrenando con todos ellos.

Owen sabe que se tiene que ganar a la gente; al primero de todos, a Camacho: Como me pasó con el Liverpool y con la selección, me voy a tener que pegar para entrar en el equipo titular. Pero no he venido aquí para sentarme en el banquillo cuatro años. Nací para ser futbolista, no para cobrar todos los meses mucho dinero. Necesito buscar mis límites.

A Owen le sorprendió el fichaje de Woodgate, pero no duda de su éxito: No pudo probarlo en los últimos años, pero es un gran jugador. Estoy encantado con los dos centrales.

David Beckham le ha estado haciendo de cicerone (¡por fin ya tengo su teléfono!) y planea aprender español cuanto antes: Camacho no habla mucho inglés. No he llegado aquí a medias: quiero aprender el idioma, comprarme una casa. Mi novia y mi bebé se quedarán aquí desde el primer día y mis padres vendrán a menudo. Nunca tuve problemas con Benítez. Si fuera desleal, me hubiera ido gratis.