Con puntualidad exquisita, José Antonio Camacho compareció en la sala de prensa del estadio santiago Bernabéu como nuevo y flamante entrenador del Real Madrid. Con Florentino Pérez a su lado y con Jorge Valdano algo más escorado, Camacho (Cieza, Murcia, 1955) desmenuzó durante más de media hora parte de su método, gotas de filosofía y arrebatos de su humor.
"Yo no entro en ningún vestuario con un látigo". La primera fue clara y contundente. El nuevo entrenador madridista quiso dejar claro que él no es ningún castigador ("¿qué le han dicho a Ronaldo? ¿que viene el coco?", bromeó). "Yo tengo mi manera de ser y soy el primer defensor de los futbolistas. Yo no tengo que decir que voy a ser autoritario. Habrá que ejercer la autoridad conforme a los que se necesita. Cada uno tiene una responsabilidad y yo tengo que sacar el máximo rendimiento a los futbolistas", apuntó el de Cieza.
Apuntalado el tan traído tema de la autoridad, Camacho fue apuntado distintos detalles de su proyecto. Descartó hablar de nombres "Tenemos que ver necesidades del equipo y sus problemas para hablar de refuerzos"-, no quiso poner ni quitar giras asiáticas "Hay una fecha clave que es el 11 de agosto [previa de Champions] y seguro que será un rival difícil"- y dejó clara su política con respecto a lo de zidanes y pavones "Hay jugadores cuya clase no se va a discutir. La puerta está abierta para la cantera, pero también hay que llamar a las puertas"-. Eso sí, se alineó con las tesis de Florentino Pérez en alusión a Roberto Carlos: "En el Madrid no queremos jugadores que no estén al 100% con el club".
Surgió inevitable la anterior experiencia madridista de Camacho, aquella que duró 22 días con Lorenzo Sanz. Camacho, como siempre, fue claro y puntualizó que su marcha estuvo motivada "por cuestiones de fútbol y no económicas". "Las circunstancias ahora son diferentes. Hay otra plantilla, otra proyección y otro presidente...", matizó el técnico.
Sintonía con el club
Con respecto al posible choque de funciones con el directo general deportivo, Jorge Valdano, Camacho apuntó que él trabaja "en sintonia con el club. Yo pido lo que considero necesario y el presidente o Jorge, que es la continuación del presidente, me dicen las posibilidades que hay y hasta donde puede llegar el club". A este respecto, el director general deportivo desechó presuntos roces con un encuentro algo particular: "José y yo tenemos una relación personal. Por ir, fuimos juntos a la boda Maradona".
El técnico quiso devolver las palabras de agradecimiento de Florentino Pérez "hemos fichado a un mito del madridismo"- con quién, según aseguró, la negociación fue corta y clara, y responder a lo que parecen ser los deseos de la afición. "Estoy en mi casa. Vengo para trabajar y para mantener el nombre del Real Madrid en lo más alto. El Madrid tiene que salir a ganar todo. Vamos a intentar trabajar para seguir siendo ejemplo en España y en el mundo. Mi objetivo como entrenador es ganar cada partido. Y al final tendremos que coger una copa más y si es posible dos o tres". Toda una declaración de principios.
