Djalminha volvió para demostrar que Valerón tiene sustituto

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Djalminha volvió para demostrar que Valerón tiene sustituto

Djalminha volvió para demostrar que Valerón tiene sustituto

El brasileño contagió sus ganas al resto del equipo.

Un año y medio es el tiempo que tardó Djalma Feitoza Dias "Djalminha" en volver a jugar en Riazor un partido de Liga, en volver a demostrar que todavía le queda cuerda para rato y que el media punta grancanario Juan Carlos Valerón tiene un sustituto de postín en el hispano-brasileño, si Javier Irureta así lo considera.

Ha tenido que pasar una temporada cedido en el Austria de Viena, y varios meses en el ostracismo más absoluto tras su regreso a la disciplina deportivista, pero Djalminha demostró ante la Real Sociedad, en unos momentos de los más cruciales en los últimos tiempos del equipo coruñés, que sigue encendiendo pasiones entre la afición. Tras el partido frente a los donostiarras los "djalminhistas" vuelven a estar de enhorabuena.

Varios enfrentamientos verbales con el entrenador, así como uno físico -el famoso cabezazo a Irureta en un entrenamiento-, oscurecieron la brillantez del juego del brasileño, que fue fundamental en la consecución del único título liguero que ostenta el conjunto gallego.

Sus genialidades con el balón contrastan con sus actos de indisciplina y su ímpetu y sus arrebatos sobre la cancha, que le han costado más de un disgusto. Aún así, venía reclamando otra oportunidad, para demostrar que todavía le queda mucho que aportar al Deportivo.

Había jugado la eliminatoria de la Copa del Rey ante la S.D. Compostela en San Lázaro, pero ello no era suficiente. Djalminha quería volver en Liga y, a poder ser, ante su afición.

Su primera oportunidad la superó con creces, Irureta recuperó por fin al sustituto natural de Valerón y el conjunto gallego lo puede agradecer en el futuro.

El entrenador blanquiazul, con el marcador 0-1 y el 8-3 de Mónaco en la memoria de todos, tomó la decisión de oxigenar a su equipo ante la Real Sociedad. Pero Irureta no se atrevió a mover a algunos intocables que están en horas bajas, por lo que apostó por hacer los cambios en las bandas.

Nadie pone en duda que Valerón es una de las piezas claves del actual Dépor, pero a veces también éstas necesitan descanso. El jugador grancanario no rinde a su nivel, ni mucho menos, desde hace varias jornadas y el equipo se resiente.

En parte se debe a que los adversarios conocen la Valerón-dependencia de los deportivistas, pero no es menos cierto que el jugador de Arguineguín acumula un gran cansancio físico y pasa prácticamente desapercibido en los últimos encuentros.

Pero parece que Irureta no mide con el mismo rasero a Valerón y al resto del equipo. Quizás porque prescindir del grancanario le obligaba a cambiar de sistema y jugar con dos delanteros sin un enlace. La otra alternativa a la que recurrió en varias ocasiones el técnico vasco era situar a "Fran" González en la media punta, pero el capitán blanquiazul no es el mismo fuera de su posición natural, el interior izquierdo.

El sábado, Irureta no pudo contar con los lesionados Fran y Pedro Munitis, y ya en el partido, y con el marcador en contra, el equipo no era capaz de abrir a la zaga de la Real Sociedad y llegar con peligro al área del conjunto donostiarra.

Con ese panorama, al entrenador del Deportivo no le quedó más remedio que incorporar en la segunda mitad al brasileño Djalminha, que había sido reclamado por la afición de Riazor con anterioridad.

Puede que "Djalma" no esté en su mejor momento físico ni futbolístico, pero con él sobre el campo, el equipo se contagió de un mayor impulso, y además levantó a la afición de Riazor, sobre la que se tenían dudas acerca de su respuesta tras el desastre de Mónaco, y que estuvo en todo momento con los blanquiazules.

La aportación del brasileño fue determinante no sólo en la revitalización del equipo coruñés tras una primera parte aciaga, sino que también tuvo parte de responsabilidad en la recuperación del liderato de la Liga.

De él nació el gol de la remontada del Deportivo. Djaminha demostró que la relación mágica que mantiene con el balón sigue viva. Aquel jugador que deslumbró a los aficionados con una "lambretta" ante el Real Madrid, que fue fundamental en el único título de Liga del Deportivo, tiene todavía mucho que decir en el conjunto gallego...siempre que Irureta le permita hacerlo.