...y apareció Portillo

Liga de Campeones | Panathinaikos 2 - Real Madrid 2

...y apareció Portillo

...y apareció Portillo

El joven delantero de la cantera saltó al campo en el minuto 60 y en el 80 marcó un gol espectacular, de zurdazo desde 21 metros.

Si a esta hora del día aún no lo ha visto, haga lo imposible por verlo en alguna repetición. Impresionante. Portillo en estado puro. Portillazo por todo lo alto en Atenas. Soberbio golazo del padre de todos los goles en el fútbol base del Real Madrid. La reivindicación de un chaval al que se le negó el debut en Oporto por miedo al que dirá el vestuario. Un zapatazo a lo Puskas sin misericordia, vomitando rabia, pundonor y alma. Corría el minuto 80 en el Apostolos Nikolaides y se habrá de recordar en este año del Centenario. Quizás haya nacido el nuevo Raúl, al fin, con permiso del timidón Del Bosque.

Dicen de Portillo que sabe meter goles mejor que jugar al fútbol. Que así sea. Si es para romper redes como lo hizo ayer, bienvenido al Real Madrid. Un chaval de 19 años capaz de chutar de tal manera tiene el cielo abierto. No le cohibió el debut, no le atemorizó la hostil atmósfera ateniense, no se cortó por ser la Copa de Europa, no tuvo reparos en meditar si tenía un compañero mejor situado. Fue mirar, medir y taladrar a Nikopolidis desde 21 metros. Mereció la pena tragarse el tostón de partido que estaban jugando Panathinaikos y Real Madrid con tal de llegar a este momentazo Portillo.

Era el día de los ‘pavones’. Y estaban los chavales defendiéndose con mayor o menor acierto en Atenas, aparentando irse al minuto 90 con una derrota sin dolor. El resultado no era más que una anécdota para el Real Madrid, con sus 15 puntos de 15 posibles. Del Bosque se encargó de recordar la categoría de partido basura alineando sin pudor a todos los suplentes y a un puñado de canteranos. Un gesto poco elegante y bastante alejado del fair-play, pues el Oporto aún estaba pendiente de una posible victoria blanca para entrar en cuartos. El técnico no tuvo miramientos en este sentido.

Hasta el minuto de gloria de Portillo lo que se vio fue muy vulgar. El Panathinaikos puso en trance a Casillas con un golazo en el minuto 9, anunciando que la zaga madridista tenía agujeros. El susto lo enjuagó Morientes ¡por fin apareció¡ con un cabezazo templadito de buen ariete para ir al empate. Después, mucho centrocampismo. Mucho balón enloquecido. Los griegos demostraron no tener ni idea de tocar la pelota y el Madrid toreó sin más apuros que los arreones de Michalesen, Liberopoulos y Kostantinou. Iván Campo, durísimo, limpió de polvo el área.

A la hora de partido, Del Bosque se decidió a sustituir a Morientes por Portillo. Adiós a la rutina. Lo inesperado fue que el Panathinaikos clavó el segundo en un cabezazo impecable de Goumas, dejando en evidencia a Miñambres y Bravo. Pero considerémoslo una anécdota. La fiesta estaba por llegar. El bobo traqueteo del balón acabaría cuando el chaval de Aranjuez se lo encontró en la línea de medios del Panathinaikos. Giró sobre sí mismo, levantó la cabeza, volcó el cuerpo y soltó la zurda contra el mundo.

El silencio se hizo en el coliseo griego. Sólo se escuchó el grito jovial, infantil casi, de un chaval con el 39 a la espalda que va a hacer historia. Siempre que el dueño del banquillo se lo permita...

El detalle: Le falta marcar en la Liga

Portillo tiene pólvora para todas las divisiones y en la misma temporada. En Tercera se ha despachado con 25 tantos y nadie le va a alcanzar. El Segunda B está en progresión ascendente. Y ahora ya sabe lo que es golear en Copa de Europa. Es curioso que el delantero haya dado uns alto tan largo, sin pasar por la Liga. Del Bosque no ha tenido confianza suficiente para alinear al chaval cuando el equipo andaba necesitado de goleadores. Ahora ya tiene crédito para asentarse en el primer equipo.