Víctor Claudio Valerini, un prometedor jugador de fútbol, decidió colgar los hábitos eclesiásticos y ahora, diez años después, ha decidido dar "marcha atrás". Vallerini abandonó el deporte cuando tenía 18 años y militaba en el equipo juvenil del Lazio y era considerado por el propio Dino Zoff como el heredero del inglés, entonces lacial, Paul Gascoigne.

Así, dejó el fútbol y decidió hacerse sacerdote. Para ello, entró en un seminario, convirtiéndose después en cura. Sin embargo, tras una década al servicio de la iglesia, ahora, ha decidido recorrer el camino inverso, dejando hace pocos días los votos y colgando los hábitos para volver a calzarse las botas y vestir la camiseta y pantalón de un equipo de fútbol.

En concreto, en el Camaiore, un club aficionado de su ciudad natal y donde reside con su madre, y que entrena Vincenzo Marino, quien he años fue su descubridor futbolístico.

"Por ahora pienso tan sólo en entrenarme", ha dicho Vallerini, quien, asimismo, desmiente algunas noticias que apuntan a la presencia de una joven como motivo también de su "marcha atrás".

No hay ninguna mujer

"No tengo la intención ni de tener novia ni de casarme. No tengo ninguna relación. Tengo sólo delante de mí un horizonte abierto y lo que llegará me vendrá de Dios. Por el momento, volveré a jugar ya que es la única cosa que me sale bien", comenta Vallerini.

El ahora nuevamente jugador, que se entrena dos veces al día, dice que lo que ha hecho estos últimos años es importante para él: "Me ha permitido estudiar, encontrar a personas, hacer el bien y recibir más de lo que he dado".

"Si he llegado a esta nueva elección de mi vida ha sido por motivos personales, tras un camino larguísimo y sufriendo más de lo que sufrí cuando decidí ser sacerdote", añade Vallerini.