Según Carles Rexach, es en campos como Son Moix donde su equipo debe conseguir los puntos que le hagan campeón. Según Sergio Kresic, es en casa donde el Mallorca debe amarrar los partidos para evitar la amenaza del descenso. Por sus declaraciones, ambos técnicos parecían dispuestos a plantear un encuentro vibrante y ofensivo. A la hora del pitido inicial, ni Mallorca ni Barça interpretaron la partitura que prometían; uno, porque renunció por completo a buscar la portería de enfrente, y el otro, por su incapacidad para generar peligro ante un adversario bien armado en defensa.

El empate fue el peor castigo para ambos. El Barça, que se veía reenganchado en la lucha por el primer puesto de la clasificación, suma un punto que le vuelve a dejar a merced de los demás. El Mallorca, que no puede permitirse demasiados tropiezos, también avanza una casilla, con lo que hoy puede encontrarse con sorpresas desagradables del Rayo, el Tenerife o la Real Sociedad.

Kresic decidió poner a Nadal al volante del autobús, en el borde del área. Siete minutos tardó en sacar el hacha el ex barcelonista, para darle a Rivaldo en el muslo izquierdo y dejarlo cojo. Era una jugada de gol y, por tanto, una falta de tarjeta amarilla, pero Iturralde lo dejó en un simple libre directo. Engonga tomó el relevo de su compañero y, apenas dos minutos después, le dio a Rivaldo un poco más abajo y por detrás. El brasileño, que esta vez jugaba sin infiltración de calmantes, se acercó a la banda un par de veces, aguantó en el campo, pero perdió frescura como para marcar la diferencia cuando enfrentó a Roa y no pudo superar la salida del portero. Aguantó como pudo hasta los 66 minutos, cuando fue reemplazado por un Geovanni que parecía haberse quedado en brazos de la siesta.

El Barça nunca supo cómo hincarle el diente a un Mallorca flojo pero arracimado en torno a Roa. Xavi sigue sin encontrar el último pase, y cuando lo hizo Cocu, entonces nadie fue capaz de pescar los envíos en profundidad. Tocó y tocó el equipo de Rexach, sin profundidad, y preocupa ya su escaso poder rematador. Una vez tiró entre los palos en el primer tiempo (42’) y cuatro en el segundo; aquí volvió a aparecer Roa, que tapó tiros de Rivaldo, Saviola, Kluivert y Gabri.

El Mallorca encontró en Ibagaza algo más de criterio para manejar la pelota, pero se topó con el absentismo de Luque, mientras Losada se iba a ayudar a Soler en la banda izquierda. Reina se volvió como había llegado, inédito. El 0-0 fue el peor castigo para ambos rivales. Uno no quiso y el otro no supo.