El Xerez consiguió ayer el primer objetivo que se había trazado al comenzar la temporada: alcanzar los 45 puntos necesarios para lograr la permanencia. A partir de ahora, el equipo azulino ya puede soñar con gestas mayores, sobre todo después de haber vencido al Racing de Santander y colocarse, de nuevo, a cinco puntos del líder Atlético.

Para lograr el triunfo, el Xerez tuvo que sufrir en el primer tiempo, en los instantes finales del partido y necesitó de la ayuda de un Cubillo en estado de gracia. El centrocampista azulino se echó al equipo a sus espaldas, galvanizó el juego del centro del campo y lanzó dos faltas al segundo palo que significaron otros tantos goles para el Xerez. En los banquillos, Schuster le ganó la partida a Setién. El técnico xerecista, consciente de la calidad técnica de los cántabros, dispuso de inicio una defensa de cinco hombres, retrasando a Cañizares y Rubiales y mandó trabajar a los centrocampistas. Más tarde volvería a su clásico 3-4-3.

En la primera parte, el Racing de Santander fue quien dominó, quien controló y quien llegó al área contraria. Pero los ataques blanquiverdes no estuvieron acertados. Era el clásico partido en el que el que domina no marca y el otro llega a una vez y lo hace. Y así fue. Falta en banda izquierda que bota Cubillo y Moreno lleva el balón a la red. Uno a cero y al vestuario.

La segunda parte fue otra historia. El Racing ya no presionaba como antes y era el Xerez quien mandaba. Además, conseguía el segundo gol en otra falta de Cubillo y en un remate espectacular de Mena. Al final, el golazo de Mazzoni y un poco de sufrimiento para el Xerez.