Luis no permitió que bajaran la guardia

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Luis no permitió que bajaran la guardia

Luis no permitió que bajaran la guardia

CARLOS MARTÍNEZ

El técnico, que fue uno más en el entrenamiento, huye de la relajación.

Luis Aragonés no está dispuesto a consentir que la plantilla caiga en el clima de euforía que se está viviendo en el Atlético. Ayer, en el entrenamiento, se puso el mono de faena y estuvo jugando los rondos que hicieron los jugadores para evitar la perdida de concentración que es el principal defecto que ha observado en las últimas jornadas.

Tuvo como compañeros a Fernando Torres y Movilla que desde luego no respetaron los galones y le quisieron quitar el balón en cuanto podía. Era lo que buscaba el entrenador. Por cierto por el rabillo del ojo miraba al resto y más de uno se llevó un tirón de orejas cuando el jefe comprobó que hacía cierta desgana.

Una vez terminados los rondos, que fueron la nota más espectacular, Luis dividió en dos grupos a la plantilla para ensayar situaciones de presión. No dudó un instante en corregir determinadas situaciones que luego repercuten en el campo y que está provocando que al equipo le hagan más ocasiones de gol de las permitidas para el líder de la competición. Lo más sintomático del trabajo era la entrega de los jugadores. Todos quieren ganarse la confianza de su entrenador y muerden en cada pelota dividida aunque sea durante una sesión de entrenamiento.

Pese a la cómoda ventaja, Luis habló con los jugadores y les dijo que tienen que seguir muriendo en el campo. Falta mucho terreno por andar y si se descuidan es cuando llegan los sustos. El propio Otero reconocía que: "no nos vamos a relajar, ya que sabemos que el primero que no nos va a dejar es el entrenador, que siempre nos está pidiendo la máxima entrega en el trabajo".