Gasol, quince puntos y trece rebotes en el triunfo de Lakers

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Gasol, quince puntos y trece rebotes en el triunfo de Lakers

Gasol, quince puntos y trece rebotes en el triunfo de Lakers

PAUL BUCK

EFE

Sin Kobe Bryant y con Pau Gasol en su primer ‘doble doble’ de esta Liga arrollaron a los Clippers en el derbi angelino por 116-103 apoyados en los reservas.

Al final de la paliza en un atónito Staples Center, la cara de Doc Rivers, el carismático entrenador de los Clippers, era un poema de decepción: con 76 puntos procedentes de los jugadores de reserva, los Lakers habían defenestrado a los millonarios Clippers por 116-103. Unos Lakers sin Kobe Bryant, de negro Armani en el banquillo (“esta lesión estará siempre en el fondo de mi mente...”) y con Pau Gasol en su primer ‘doble doble’ de esta Liga (15 puntos y 13 rebotes en 24:29 de acción) arrollaron a los prepotentes Clippers durante un impensable último cuarto: 41-24 para los Lakers que sólo usaron jugadores suplentes en ese asombroso cuarto final y que gozaron de la mejor prestación anotadora en la carrera del zurdo ala-escolta Xavier Henry (ex Kansas y Nueva Orleáns): 22 puntos (más seis rebotes), con 3/4 en triples, en 26:24 en pista.

En ese último cuarto, sin siquiera Gasol en juego, los Lakers, que perdían por 55-57 en el descanso y por 75-79 al fin del tercer cuarto, escaparon con un parcial de 18-4 entre los minutos 40 y 45. Henry sorprendió con 12 puntos en 15 minutos. Jordan Hill, de ‘cinco’ en lugar de Gasol, contribuyó con 12 puntos y ocho rebotes, incluido un enceste en tablerazo de fortuna. Los Lakers barrieron en rebotes (52-40 y 18-10 en ofensivos) a unos Clippers obsesionados con el juego de ‘pick&roll’ y que, estupefactos, se miraban los ombligos. No cayeron del todo los grandes castillos ‘clippers’, Blake Griffin (19 puntos y siete rebotes, en cruce directo con Gasol), ni DeAndre Jordan: 17 puntos, 11 rebotes. Chris Paul aportó 15 puntos y 11 asistencias. Redick, 13 tantos. "Llevaré a este club hasta donde nunca ha llegado antes", había dicho Rivers antes del partido.

Pero nada sirvió ante el vendaval de emoción y tiros desatado en el último cuarto por el veloz e inspirado quinteto reserva ‘laker’: Jordan Farmar (16 puntos), Henry, Wesley Johnson, Jodie Meeks (13 puntos, 3/6 en triples) y Jordan Hill. Los Lakers acertaron con el 48,3% de sus triples (14/29), por 38,1% (8/21) de los zarandeados Clippers, a quienes nada, ni Rivers, había preparado para esto: en 2012-13, con Kobe, Howard y compañía en juego, los Clippers habían barrido y humillado a los Lakers: 4-0. Esta noche inaugural en Staples, siete jugadores de los Lakers anotaron en dobles dígitos. La primera parte vivió, además, un combate de titanes que enfrentó cara a cara a Gasol (de ‘cinco’ puro) con Griffin. Antes del descanso, cada uno de ellos había logrado 13 puntos.

Y vino de parte de Mike D’Antoni este tiro por elevación hacia el desaparecido Dwight Howard, nuevo ‘rocket’: “Se puede sentir la energía y la química en este equipo… todos son buenos chicos, todos son ‘entrenables’ (‘coachable’) y hacen todo lo justo para ganar, todo tan diferente de la pasada temporada…”, señalaba en casetas el feliz Mike D’Antoni, entrenador-jefe de los sorprendentes Lakers que, de inmediato, tomaron el avión para San Francisco: hoy mismo, ya en la segunda jornada, les aguardan los Golden State Warriors al otro lado de la Bahía, en Oakland.

Antes, los grandes favoritos del Este habían hecho su puesto en escena. En Indianapolis, los potentisimos Pacers dieron cuenta de Orlando Magic: 97-87, después del 40-44 para los Magic en el descanso. El 29-20 del tercer cuarto abrió pista para los Pacers, que contaron con 24 puntos de Paul George y 19 de Lance Stephenson. Andy Nicholson (18) fue el máximo anotador de los Magic, donde el base ‘rookie’ Victor Oladipo empató a 12 puntos con el veterano ‘playmaker’ titular Jameer Nelson. Indiana dominó en rebotes (44-39) y, en general, hizo lo justo para ganar.

Entre el Pacers-Magic y el Lakers-Clippers, Miami vivió junto a ‘sus’ Heat la tercera noche inaugural de la Liga con la celebración de un título. Una vez entregados los anillos a los (bi)campeones de 2012-13, los Heat procedieron a estampar la primera derrota de la temporada 2013-14 sobre la brillante piel de los Chicago Bulls: 107-95. Los Bulls llegaban con un brillante 8-0 en pretemporada. “Ni ellos nos gustan a nosotros… ni nosotros a ellos”, había avisado LeBron ‘King’ James, que cerró cuentas con 17 puntos, ocho rebotes y seis asistencias. Al descanso (54-33), Miami galopaba entre motivación y defensa a tope sobre un Derrick Rose reducido a un total de 12 puntos y 4/15 en tiros. “Nosotros tuvimos mucho que ver con esas cifras” opinó el ‘heat’ Ray Allen: once puntos, al igual que Norris Cole. Aún era 78-58 al fin del tercer cuarto, pero la rotación de Erik Spoelstra y la ralentización de las grandes estrellas de los Heat permitió a los Bulls acercarse hasta 95-87, a 2:46 del final, gracias al martilleo de Carlos Boozer, un ‘tam-tam’ incansable: 31 puntos, siete rebotes. Ahí apuntilló Dwyane Wade: 13 puntos, cuatro rebotes. Jimmy Butler concretó 20 tantos para los Bulls, pero LeBron tuvo muchísima ayuda: tras James, otros seis jugadores de los Heat anotaron once o más puntos, con 16 para Bosh y 14 para Battier.

Pese al esfuerzo de Boozer y a las once capturas de Noah (sólo dos puntitos, 1/4 en tiros)… Miami controló en rebotes: 35-30. “Este es un juego de equipo… para eso fue para lo que se juntó este equipo nuestro”, resumió ‘King’ James. “Hay muchas correcciones por hacer, no estamos nada cerca de donde queremos”, se lamentó Tom Thibodeau, insaciable entrenador de los Bulls, que apuntaba a las 18 pérdidas de balón por parte de su equipo: por cierto, el mismo número que Miami.

No cabe escribir que los que abrieron esta ‘opening night’ de la NBA se fueran a descansar: para hoy, el calendario que compuso el humeante ordenador de Matt Winick despliega una macrojornada de 14 partidos, ya con todos los españoles en acción (repiten los Lakers, en Oakland, y Miami, en Filadelfia)… y ya caen noticias de alcance como la dimisión de Gersson Rosas, el joven ‘general manager’ de 35 años que Mark Cuban había contratado en Dallas. Así transcurren las noches y la vida en la NBA: en un puro frenesí.

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