Los Spurs se medirán a los Grizzlies en la final del Oeste

RESUMEN DE LA JORNADA

Los Spurs se medirán a los Grizzlies en la final del Oeste

Los Spurs se medirán a los Grizzlies en la final del Oeste

Jeff Chiu

AP

Mientras, en el Madison Square Garden los Knicks se ganaban el billete para regresar a Indianapolis este sábado, con el sexto partido ante los Indiana Pacers sobre el tapete.

San Antonio Spurs y Memphis Grizzlies abrirán el domingo en el AT&T Center de San Antonio la final de la Conferencia Oeste. Será a partir de las 21:30 horas en España. Tras enviar de vacaciones a los Oklahoma City Thunder de Kevin Durant y Serge Ibaka, los Grizzlies, ya de regreso en Memphis, aguardaban el rival que emergiera del duelo entre Spurs y Warriors, que iba decantado con 3-2 afavor de los Spurs. Y el organizadísimo equipo de San Antonio remató la faena en una de sus clásicas, metódicas demostraciones de baloncesto quirúrgico. El 82-94 del Oracle Arena de Oakland sentenció el 4-2 afavor de los Spurs, en la segunda semifinal del Oeste. En Nueva York, los Knicks escaparon de la eliminación al batir por 85-75 alos Indiana Pacers y forzaron el sexto partido en esa semifinal del Este: será el sábado, en Indianapolis, aún con ventaja de 3-2 para los Pacers.

A veces, los Spurs dan la sensación de que convierten la pista en un quirófano o una mesa de mapas militares. Su jefe de juego y gran líder en esta eliminatoria, Tony Parker, promediaba 24,2 puntos en esta serie… pero sólo llevaba tres puntos a 3:36 del final en esta noche de sentencia en Oakland. Justo ahí, cuando los Warriors se habían colocado a tiro de dos puntos (75-77), gracias a la última canasta de Stephen Curry (22 puntos), justo en el corazón de la presión… apareció Parker. Manejaba una batuta… y un bisturí. Un triple del base francés ‘AllStar’ impuso el 75-80. Tras Parker irrumpió Kawhi Leonard, el ‘arma secreta’ de los Spurs, el versátil chico de Riverside, California, cuyo padre fue asesinado a tiros en 2008, en el inquietante suburbio de Compton, Los Angeles. Sin haber cumplido 22 años, Kawhi (2,00 metrosde altura, tremendo ‘robo’ de los Spurs a los Pacers tras el Draft de 2011), ha terminado promediando 14,6 puntos en esta semifinal del Oeste, tercer mejor anotador de los Spurs tras Parker y Tim Duncan: Timmy aportó 19 puntos en este último turno y 19,8 de media en esta serie ante los Warriors.

Leonard dio escolta a un desatado Parker que liberó su mejor arsenal, con diez puntos en los últimos tres minutos. El espléndido Kawhi, el chico de Riverside y de la tragedia de Compton, agregó otros cinco entre los minutos 45 y 46 para cerrar su cuenta con 16 puntos y diez rebotes. Los 15 tantos combinados en ese plazo decisivo entre Parker (total de 13 puntos más ocho asistencias... 3/16 en tiros) y Leonard (6/13) dejaron la situación en un 81-92 para los Spurs, veredicto inapelable a sólo 35 segundos del desenlace. Los valientes Warriors habían sufrido la pérdida temporal de Harrison Barnes, que se pegó un costalazo brutal a 1:15 del descanso cuando intentaba taponar a Boris Diaw y se abrió la ceja derecha. El descanso llegó con 40-47 para los Spurs. Los de San Antonio brincaron hasta el 48-61 del minuto 32. Los Warriors recuperaron a Barnes (nueve puntos), exprimieron a Curry... y recurrieron incluso a David Lee, quien tendrá que ser operado de la cadera, pero apareció como motivador emocional… y como autor de nueve puntos y cinco rebotes. Con todos ellos, más 15 puntos de Jarrett Jack y diez de Klay Thompson, los Warriors sacudieron a las 19.596 espectadores del Oracle Arena y recortaron hasta 67-70 y 75-77… pero los Spurs no se iban a sentir sacudidos. 

Ahí aparecieron Parker y Leonard, cuyas posiciones leía perfectamente Manu Ginóbili, que asistía hacia los espacios libres: cinco puntos y 11 asistencias para Ginóbili, con tres de esas asistencias para los tres triples letales, definitivos de Parker y Kawhi entre los minutos 45 y47. A15 segundos del final, una suspensión de Gary Neal (ocho puntos) concretó el 82-94 definitivo. Así es el método de los Spurs. Y las cifras casi nunca le quitan la razón al sistema del equipo técnico que dirige Gregg Popovich: superioridad en rebotes (40-46), en porcentaje de aciertos en tiro (38,8%-45,2%)… y ventaja monumental en asistencias, en el ‘passing game’: con las 11 de Ginóbili por delante, los Spurs se repartieron 27 asistencias, por 18 de los  Golden State Warriors, que despiden una excitante, vibrante temporada.

Por delante, y en el Madison Square Garden los Knicks se ganaban el billete para regresar a Indianapolis este sábado, con el sexto partido ante los Indiana Pacers sobre el tapete. En un Garden bastante azorado por los nervios, los Knicks batieron a los Pacers por un 85-75 que firma el 3-2, ventaja de los Pacers. Un triunfo en ese sexto partido del sábado valdría su peso en platino para los Knicks, que dispondrían de la oportunidad de decidir la semifinal del Este con cierre en el eventual séptimo turno… ya de vuelta al Garden. Miami Heat cuida la rodilla de Dwyane Wade mientras aguarda al vencedor de esta serie para empezar el miércoles la final del Este, en el American Airlines Arena de Miami.

Justo cuando los Pacers llegaban ayer al histórico edificio de Pennsylvania Plaza, en Manhattan conocieron que no podrían contar con su base titular, George Hill, quien arrastraba mareos tras el cuarto partido, en Indianapolis (93-82, Pacers), donde por cierto logró 26 puntos. En el total de la serie, Hill llevaba 69 puntos anotados antes de este partido, contra 62 de los bases y escoltas titulares de los Knicks. Dato demoledor: desde el 23 de abril, y a través de nueve partidos de playoff, Jason Kidd no ha logrado un solo punto. Para echar más leña al fuego, nada menos que la ‘vedette’Rihanna tuvo que decir en la red Instagram que “J. R. Smith tiene problemas y juega mal porque está ‘resacoso’ de ir a tantas fiestas (‘partying’)”. “¿De verdad que vosotros seguís detrás de esas historias…?”, dijo a los periodistas el desconcertado entrenador de los Knicks, Mike Woodson.

Pero, más importante que las cositas de Rihanna en Instagram, George Hill se quejaba de esos mareos tras una colisión con Tyson Chandler, antes del descanso… y ayer no superó el examen médico que la NBA establece para los que presentan síntomas de conmoción cerebral. Pese a los 12 puntos de D. J. Augustin como base titular, el juego de perímetro de los Pacers se vio seriamente averiado y, con Pablo Prigioni (tres puntos, tres asistencias) de vuelta a la titularidad en los Knicks, el club neoyorquino, lleno de ‘pequeños’, mandaba por 40-34 en el descanso. Un 12-4 de parcial entre los minutos 29 y 32 abrió brecha: 59-48. Sin Hill dando la lata, los Knicks supieron conservar hasta el final la renta de diez puntos (67-57) con que cerraron el tercer cuarto. “No estábamos preparados para irnos a casa aún y sí para defender a tope nuestra pista; ahora a animarnos todos en el avión para Indianapolis”, proclamó Carmelo Anthony, autor de 28 puntos (más seis rebotes), con 12/28 en tiros.

Carmelo no había logrado una canasta en juego en los últimos cuartos de los dos partidos en pista de Indiana, pero de vuelta al Garden estampó sendos encestes de gran calibre en el periodo final, cuando el electrónico marcaba 75-71 y 81-73. En fin, el señalado J. R. Smith produjo 13 puntos: 4/11 en total de tiros y 1/3 en triples. Chris Copeland aportó a los Knicks otros 13 puntos y Felton facturó 12 puntos, cinco rebotes y cuatro asistencias. Enfrentados a los ‘pequeños’ de los Knicks, los Pacers dominaron los rebotes… pero por muy poco: 43-40. Los Knicks acertaron el 41,0% de sus tiros y, sin la batuta de Hill, los Pacers se quedaron en el 36,2%, con 23 puntos, seis rebotes y seis asistencias para el excelente Paul George. David West agregó 17 puntos y diez rebotes. Hibbert se detuvo en nueve puntos y siete rebotes. Entre George y West agruparon un regular 14-35 en tiros. “Con o sin George Hill, este equipo está sobrado para batir a los Knicks. Sólo hace falta que los que se pongan la camiseta jueguen aún mejor. Estamos preparados para jugar sin George Hill”, anunció Frank Vogel, entrenador de los Pacers. Todo eso, si juega o no Hill, más lo que son capaces de hacer unos y otros, se verá el sábado en Indianapolis. Para los Knicks es muy fácil: ‘win or vacations’. Ganar… o vacaciones. No está tan mal.

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