Hoy comienza un nuevo cuento de hadas en el que algunos de los equipos del baloncesto universitario se convierten en Cenicientas que buscan el título más sentimental que hay en el deporte de Estados Unidos. Algunos de los miembros del college que gane el 8 de abril en Atlanta el campeonato de la NCAA terminarán en la NBA y serán millonarios.
Pero la mayoría de los jugadores de los 68 equipos que participan en la 75ª edición del March Madness, la Locura de Marzo, sólo reciben un reloj suizo de cuarzo de color gris como regalo, viajan con más comodidades de las habituales y duermen en mejores hoteles con comida más variada que la de sus universidades. Pero nadie les perdona nada, porque al final del torneo, a los estudiantes les queda un mes para aprobar sus asignaturas.
En este país se puede ser de los Yankees en béisbol, de los Lakers en baloncesto, de los Dallas Cowboys en fútbol americano o de los Rangers en hockey hielo. Lousville, Duke, Syracuse, Michigan, Gonzaga o UCLA son el segundo amor y los aficionados que acudieron algún día a la universidad se entregan con pasión estos días a seguir los partidos a todas horas, a hacer apuestas y a añorar aquellos tiempos.
Las empresas saben que durante el March Madness la actividad laboral se ve afectada por el seguimiento de los 67 partidos y por los cálculos para saber quién ganará, cuál será mayor sorpresa y cuánto dinero hará falta para la porra de la compañía o del bar, sin olvidarse de las llamadas al bookie, el intermediario que tiene conexión directa con las casas de apuestas de Las Vegas. Según la revista Forbes, en las dos primeras semanas del torneo se apostarán entre 90 y 100 millones de dólares.
Opciones. Los cabezas de serie son Louisville (29-5, Medio Oeste), Gonzaga (31-2, Oeste), Indiana (27-6, Este) y Kansas (29-5, Sur). Clark Kellog, especialista en deporte universitario de la CBS, no se atreve a dar el título de number one a ninguno de los favoritos. "Nadie se ha ganado esa posición y el torneo está muy abierto". Kentucky, ganador del pasado año, está fuera, y Florida y Ohio State son dos de los equipos que pueden dar la sorpresa.
Muchos candidatos también para el trofeo al mejor jugador
El trofeo Naismith al mejor jugador universitario del año también está muy abierto, al contrario de lo sucedido en 2012, cuando los analistas coincidieron en señalar a Anthony Davis (Kentucky) como ganador. No se equivocaron. Davis luego fue número uno del draft de la NBA, elegido por los Hornets. Entre los favoritos de este año, Victor Oladipo es de los más completos. Escolta de Indiana (20 años y 1,96), anota fácil (13,6 puntos por partido), rebotea bien (6,4), no descuida las asistencias (2,1) y es buen defensor (2,2 robos y 0,8 tapones). Otto Porter, alero de Georgetown (19 años y 2,03), se mueve en números parecidos, igual que el escolta de Oklahoma State Marcus Smart (19 años y 1,93). También escolta, Ben McLemore (Kansas, 20 años y 1,96) está entre los candidatos a número uno del draft 2013. Y ojo a jugadores como Cody Zeller (Indiana), Kelly Olynyk (Gonzaga), Russ Smith (Louisville), Mason Plumlee (Duke) y Shabazz Muhammad (UCLA).
